Voz y blasón del cuerpo femenino
Descripción: Páginas 57-75Tema(s): Recursos en línea: En: Biblioteca Luis Ángel Arango Boletín Cultural y BibliográficoResumen: Gracias a la eufonía descubrí el placer y así, gozosamente, arrastrado, por un acento cálido y perturbador, me sumergí en los dominios de la concupiscencia. Y es tal vez esto lo que explica por qué la voz -sólo una forma particular, profunda, tórrida- se ha convertido en mi estímulo más entrañable y recurrente. Porque decir voz es tanto como decir oralidad. Y oralidad no sólo es expresión sino también cópula, pues el lenguaje mismo tiene su origen en el ámbito de lo sexual. ¿Acaso el verbo no se hizo carne? ¿Acaso semántica no viene de semen? Hablar es engendrar.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Colección | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Artículo de revista | Biblioteca Dptal Antioquia Medellín | Publicaciones periódicas | Vol.XXIX Nº30 1992 | Not For Loan | ||||
Revista | Biblioteca Dptal Antioquia Medellín | Depósito Legal | Vol.XXIX Nº30 1992 | Not For Loan | 0012 00011906 |
Español
Gracias a la eufonía descubrí el placer y así, gozosamente, arrastrado, por un acento cálido y perturbador, me sumergí en los dominios de la concupiscencia. Y es tal vez esto lo que explica por qué la voz -sólo una forma particular, profunda, tórrida- se ha convertido en mi estímulo más entrañable y recurrente. Porque decir voz es tanto como decir oralidad. Y oralidad no sólo es expresión sino también cópula, pues el lenguaje mismo tiene su origen en el ámbito de lo sexual. ¿Acaso el verbo no se hizo carne? ¿Acaso semántica no viene de semen? Hablar es engendrar.
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